WR 236: La importancia de decir "no lo sé" con Abel Fernández
5 aprendizajes que te llevas de este episodio:
- Admitir la incertidumbre es clave para el crecimiento y la autenticidad en la programación.
- Reconocer las lagunas de conocimiento fomenta la investigación y el aprendizaje.
- Decir 'no lo sé' ayuda a derribar el síndrome del impostor y mejora la colaboración.
- La honestidad en la estimación de tiempos y tareas fortalece el trabajo en equipo.
- El proceso de repetir y revisar soluciones impulsa la mejora continua y la consolidación del conocimiento.
Abel nos acompaña para seguir con nuestra saga del “síndrome del impostor”. Habrá una sorpresa durante la grabación que ya estarás viendo, así que es menos sorpresa…
¿Cuántas veces dices “no lo sé”?
¿Te sientes mal porque no sabes hacer algo?
¿Te dicen mucho eso de "cómo no lo vas a saber!?
¿Recuerdas que hiciste algo y no paras hasta que lo encuentras?
Grabado en compañía de la #ComunidadMalandriner
Puedes encontrar a Abel en:
| https://twitter.com/abelintheuk |
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La importancia de decir “no lo sé” ¶
Una de las lecciones más poderosas que se pueden extraer de la experiencia diaria de programar es precisamente aprender a admitir la incertidumbre. Decir “no lo sé” no es un signo de debilidad, sino un primer paso para crecer, aprender y acercarnos a la verdad de nuestro conocimiento. Es en el acto mismo de reconocer la falta de respuesta donde forjamos el camino hacia soluciones más sólidas y auténticas.
Reconocer las lagunas del conocimiento ¶
En el mundo de la programación y cualquier otra disciplina, se vive a diario el desafío de enfrentarse a incógnitas. Admitir que algo se desconoce implica una honestidad brutal consigo mismo y con quienes nos rodean. Esta práctica, aunque sencilla en apariencia, puede transformarse en un motor de aprendizaje y progreso. Cada vez que decimos “no lo sé”, damos la bienvenida a:
- Nuevas ideas
- Oportunidades para investigar
- El descubrimiento de herramientas y técnicas
- Una mayor confianza en el proceso de aprendizaje
No se trata de resignarse a la ignorancia, sino de verla como una puerta abierta a la exploración e innovación.
La paradoja del conocimiento y la inseguridad ¶
Resulta curioso cómo, a lo largo de la carrera profesional, quienes más saben se ven a menudo paralizados por el síndrome del impostor. Esta sensación, particularmente aguda en perfiles junior, se alimenta del miedo a equivocarse o de parecer insuficientemente competentes. Sin embargo, reconocer “no lo sé” es el primer paso para derribar esa barrera interna. La honestidad sobre el alcance de nuestro conocimiento:
- Permite establecer prioridades de aprendizaje
- Ayuda a buscar colaboraciones y consejos
- Favorece el establecimiento de expectativas realistas
- Consolida la confianza en equipos y líderes
Como se dijo en una parte inconfundible de las conversaciones, se utiliza literalmente la expresión:
“No lo sé, no lo sé”
Esa repetición no es un eco de duda, sino un llamado a la acción. Cuando alguien se enfrenta a un reto, admitir la carencia de conocimiento invita a la búsqueda activa de soluciones, a preguntarse “¿cómo se hace esto?”. Es un recordatorio de que incluso en lo que parece familiar, siempre hay algo por descubrir.
La humildad creativa en el entorno laboral ¶
El ambiente profesional, especialmente en áreas tan dinámicas como la programación web, exige un balance entre seguridad y humildad. El debate sobre estimaciones en el desarrollo, por ejemplo, es un claro reflejo de cómo se valora la honestidad y el reconocimiento de límites. Ante la incertidumbre se tiene la opción de:
- Declarar claramente “no lo sé” y comprometerse a investigar la solución.
- Pedir ayuda a compañeros y expertos.
- Revisar ejemplos y recurrir a experiencias pasadas.
- Aprender de errores y aciertos sin auto-culparse.
La autenticidad en el diálogo con colegas y clientes evita falsas expectativas. Cuando un profesional es sincero sobre sus dificultades, se crea un ambiente donde el aprendizaje y la mejora continua son la norma. Este enfoque contrasta con la tendencia a ocultar las dudas, lo cual puede derivar en problemas mayores a futuro.
Aprender a estimar en la práctica ¶
La incertidumbre también se hace presente en el manejo de tiempos y la estimación de tareas. En un entorno donde la agilidad es valorada, nadie es capaz de predecir con exactitud cuánto costará resolver un problema. La experiencia muestra que planificar de forma realista implica:
- Reconocer la variabilidad inherente a cada proyecto.
- Diferenciar entre una estimación y un compromiso firme.
- Utilizar herramientas y metodologías que permitan ajustar el rumbo, como Agile Poker o sistemas de puntos.
- Establecer dos cifras: la que se cree factible y la que se comunica al cliente para tener un margen de mejora.
Este enfoque permite dejar de presionarse para dar respuestas inmediatas y perfectas, abriendo el espacio necesario para la reflexión y el aprendizaje práctico.
La paradoja de la repetición en el desarrollo ¶
Otra faceta crucial del aprendizaje en programación es la capacidad para recordar y reutilizar soluciones previas. Es común encontrar situaciones en las que se debe replicar un trozo de código o un patrón de diseño, como un switch en distintos lenguajes. Muchas veces, la memoria falla y la solución yace en el código antiguo. Este proceso, si bien puede resultar frustrante, cumple funciones esenciales:
- Reafirma conocimientos adquiridos.
- Permite descubrir nuevas formas de resolver un mismo problema.
- Ofrece la oportunidad de refinar y mejorar el propio estilo de programación.
- Incentiva a actuar y a volver atrás, reconociendo que “no lo sé” en un primer momento es simplemente el impulso para volver a buscar la respuesta.
La repetición y la revisión del trabajo propio no son signos de incompetencia, sino de un proceso constante de consolidación del conocimiento.
La honestidad y la voluntad de aprender ¶
Al enfrentar cada nuevo reto, la actitud de decir “no lo sé” se contrapone a la desesperación de aparentar seguridad. Esto influye directamente en la calidad de las decisiones y en la capacidad de innovar. Resumamos los puntos claves que emergen de reconocer la incertidumbre:
- La humildad permite acceder a nuevos conocimientos.
- La sinceridad fomenta relaciones más auténticas en el equipo.
- La búsqueda activa de respuestas enriquece el acervo personal.
- La experiencia educativa se construye a partir del proceso de admitir errores y desconocimientos.
En el habla cotidiana, es sencillo caer en la trampa de pretender saberlo todo. Sin embargo, la verdadera maestría radica en ser consciente de las propias limitaciones y en trabajar para superarlas. Así, cada “no lo sé” se convierte en un puente hacia la mejora profesional.
La evolución personal a través del aprendizaje ¶
El recorrido profesional puede ser comparado con la construcción de un edificio en el que cada ladrillo representa una lección aprendida. La evolución se fundamenta en dos pilares esenciales:
- Aceptar que el conocimiento nunca es completo.
- Comprometerse a llenarlo a lo largo del tiempo.
Incluso los expertos, que parecen tener todas las respuestas, se enfrentan constantemente a situaciones donde deben admitir incertidumbre. Esta práctica no debe ser motivo de vergüenza, sino una oportunidad para crecer. La integración de esta mentalidad en la cultura organizacional puede transformar la manera en que se enfrentan los desafíos, permitiendo que el aprendizaje y la innovación sean parte intrínseca del proceso productivo.
La claridad en un entorno caótico ¶
Entre tiempos de code reviews, reuniones y la presión de cumplir plazos, es esencial encontrar momentos de reflexión. Hacer una pausa para reconocer “no lo sé” simplifica la toma de decisiones y clarifica el panorama. Es en estas pausas donde se consolidan los conocimientos e incluso se descubren nuevas herramientas. En palabras claras:
‘No lo sé’ no es una sentencia definitiva, es el punto de partida para abrir una puerta hacia lo desconocido y, en última instancia, para aprender y mejorar.
Este enfoque es vital tanto para el desarrollo técnico como para el crecimiento personal. En un entorno que avanza a gran velocidad, la capacidad de reconocer la propia ignorancia se convierte en la linterna que ilumina el camino hacia la innovación.
Conclusión en la apertura del futuro ¶
Decir “no lo sé” es un acto liberador. Nos libera del peso de la perfección y nos invita a ser curiosos, a preguntar y a buscar la verdad detrás de cada reto. En el ámbito profesional, especialmente en el desarrollo web, esta sinceridad en la comunicación establece bases fuertes para el aprendizaje colaborativo. Así, cada error y cada duda se transforman en piedras fundamentales de una carrera que se enriquece día a día.
El camino del aprendizaje no es lineal ni simple, pero en cada “no lo sé” se esconde la posibilidad de un descubrimiento revolucionario. Trabajar con honestidad, enfrentar los retos sin temor y utilizar cada fracaso como una lección son actitudes que, en definitiva, forjan un profesional capaz de evolucionar en medio del caos de la incertidumbre.
Escrito por:
Daniel Primo
