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WR 189: Píldoras informáticas con Juan Díaz

Un profesor que vive de enseñar a programar en internet.

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5 aprendizajes que te llevas de este episodio:

  • Evolución histórica y autodidacta en la programación.
  • Transformar experiencias personales en contenido didáctico.
  • Metodologías de enseñanza basadas en la práctica y retroalimentación.
  • Uso de herramientas tecnológicas para crear cursos actualizados.
  • Importancia de la interacción comunitaria y la disciplina en el aprendizaje.

El arte de aprender a programar y enseñar

La programación, en esencia, es un ejercicio de descubrimiento constante. No se trata solo de aprender sintaxis o dominar frameworks; es, ante todo, un viaje en el que el transformar ideas en líneas de código se convierte en un proceso que refina tanto el pensamiento como la capacidad de enseñar. Desde aquellos primeros momentos al descubrir el Spectrum Plus a los complejos desafíos de crear contenido formativo hoy en día, la experiencia de aprender a programar es un relato de persistencia, pasión y adaptación.

En la historia de trabajar con tecnología se encuentra una dualidad fundamental: por un lado están los obstáculos técnicos, y por otro, la necesidad de dar sentido a la enseñanza y al aprendizaje. Todo ello se articula en la forma de plantear y comunicar ideas, transformándolas en herramientas didácticas y en cursos que se adaptan a las demandas de un público cada vez más exigente.

Descubriendo la programación desde sus raíces

Muchos comienzan en la programación como un juego o un experimento. Recuerdo la narrativa sobre los inicios con el Spectrum y el intérprete BASIC, cuando la curiosidad impulsaba a modificar juegos antiguos para ganar vidas extras. Esa fascinación inicial por romper el código y conocer qué hay detrás es la que encierra el verdadero corazón de la programación. Este impulso de experimentar con el código se trastoca en la enseñanza una vez que se transita por el camino del aprendizaje autodidacta.

Al retomar la programación en la adolescencia, la experiencia se vuelve más seria. Lo que empieza como una aventura de manipular pequeños programas se transforma en la necesidad de entender conceptos complejos, de organizar ideas y, finalmente, en un compromiso con la enseñanza para otros. Es un camino que comprende desde la primera experiencia de cambiar los gráficos de un juego hasta la elaboración de cursos completos que requieren una meticulosa preparación.

El rigor en la construcción del conocimiento

El proceso de convertir la experiencia en conocimiento compartido implica una transformación interna. Al diseñar un curso, se debe partir de la inmensidad de información disponible, organizarla y filtrarla para dejar solo lo esencial. Esta tarea se asemeja al acto de escribir: poner ideas en palabras bien escogidas y estructuradas. La búsqueda de claridad, de ser lo más preciso posible, es un esfuerzo que, al igual que la codificación, requiere reescrituras y ajustes constantes.

Se pueden identificar varios elementos esenciales en este proceso:

  • Reflexión sobre la propia experiencia y la manera en que los inicios con lenguajes como BASIC y Java marcan una huella perdurable.
  • La identificación de un método de enseñanza basado en la práctica, donde el error y el ensayo son inevitables y constructivos.
  • La consolidación del contenido a partir de diversas fuentes, ya sean libros, tutoriales en línea o interacciones con la comunidad, para formar un índice que sirva de guía a los aprendizajes futuros.

El ejercicio de escribir sobre la propia experiencia formativa se asemeja a desempolvar viejos códigos en busca del error que impide compilar un programa. Es un ejercicio de humildad mental que confiere mayor precisión a las ideas y que nos lleva a reconocer que, sin escribir y revisar, las ideas suelen permanecer flotantes e incompletas.

La elaboración de cursos como extensión del conocimiento

Crear un curso o un tutorial no es simplemente organizar diapositivas o grabar un vídeo. Es un minucioso trabajo de estructuración de ideas en pasos coherentes y lógicos, similar a cómo se diseña un algoritmo. Durante el diseño, se debe considerar:

  • La experiencia del estudiante, asegurando que cada tema se presente de forma que la transición entre conceptos sea natural.
  • La actualización del contenido, pues la tecnología evoluciona y los cursos deben mantenerse vigentes a través de revisiones periódicas.
  • La interacción con la comunidad, que va más allá de simplemente impartir un curso. Responder comentarios, retroalimentar dudas y ajustar el temario en función de las necesidades del público es parte integral del proceso.

El contenido debe ser rescatado de la experiencia personal y reestructurado con la lógica de un instructivo paso a paso. Queda claro que la buena enseñanza no se basa en la simple transmisión de datos, sino en implicar a la audiencia en un proceso de construcción del conocimiento.

La disciplina del aprendizaje autodidacta

Trabajar y enseñar tecnología implica algo más que dominar ciertos lenguajes o herramientas. Se requiere desarrollar una autodisciplina que fortalece el manejo del tiempo y la capacidad de gestionar respuestas frente a la crítica. Un buen curso no solo informa, sino también conecta con la realidad del estudiante, y eso se logra a través de una planificación del día a día muy estructurada.

La estructura de un día productivo

Organizar el tiempo es fundamental en el trabajo moderno, especialmente cuando se trabaja de manera autónoma. Se hace imprescindible contar con rutinas que permitan concentrarse en tareas clave. Por ejemplo, el día puede estructurarse en tres fases:

  • Responder a las dudas y rehacer contenidos ya impartidos, lo que exige atención a retroalimentaciones recientes.
  • Generar nuevos cursos o tutoriales, basándose en la investigación y la evolución de las demandantes necesidades técnicas.
  • Gestionar actividades de difusión, ya sea en redes sociales o en la actualización de plataformas de contenido.

Esta planificación no solo es una estrategia para cumplir con obligaciones profesionales, sino también un método para mantener la pasión y el orden en un entorno en el que las distracciones son fácilmente accesibles. De alguna forma, la disciplina en la organización del día se asemeja al trabajo en equipo entre diversas partes de un código, en donde cada función cumple su objetivo y evita colisiones.

Herramientas y recursos que marcan la diferencia

La tecnología ha evolucionado para facilitar el trabajo del programador y del creador de contenido. Desde la transición del blog de notas a herramientas mucho más sofisticadas como Dreamweaver, se ha buscado siempre optimizar la manera de construir y mostrar el contenido. Algunos recursos específicos ilustran esta evolución:

  • Edición y depuración de código en entornos cada vez más integrados.
  • Uso de plataformas que permiten grabar, estructurar y publicar vídeos de formación de forma rápida.
  • Herramientas de interacción en pantalla durante las clases, como la aplicación que permite señalar y realizar zoom durante una presentación. En palabras textuales, se recuerda: “es un programa que se llama Zoomit, como de Zoom, IT, todo seguido”. Esta herramienta, aunque simple, ejemplifica cómo pequeños descubrimientos pueden transformar una enseñanza en vivo en una experiencia mucho más interactiva.

Cada herramienta, cada software y cada recurso, se convierte en un aliado en el proceso de transmitir conocimiento. La adopción de estas tecnologías, combinadas con la disciplina y la pasión por la enseñanza, conjugan para ofrecer una experiencia formativa que no solo instruye, sino que también inspira.

Aprender en el entorno digital: la interacción con la comunidad

La era digital ofrece infinitas posibilidades para estudiar, compartir y, sobre todo, para construir una comunidad de aprendizaje. Vivir en un entorno tan interconectado permite que la retroalimentación de usuarios y estudiantes se convierta en un termómetro de la calidad del contenido. Sin embargo, esta exposición también conlleva desafíos.

Existen algunas claves para gestionar con éxito esta interacción:

  • Limitar el tiempo dedicado a la revisión de comentarios para evitar distracciones excesivas.
  • Establecer prioridades en la respuesta, dando atención a aquellos mensajes que reflejen dudas reales o sugerencias constructivas.
  • Mantener una actitud equilibrada ante críticas negativas, entendiendo que el feedback es parte del proceso de mejora continua.
  • Aprovechar la crítica para ajustar el contenido sin perder la esencia del mensaje que se desea transmitir.

La gestión de comentarios y críticas puede resultar abrumadora cuando el volumen crece, pero es también una oportunidad para pulir el contenido y fomentar un diálogo enriquecedor entre el educador y su comunidad. La capacidad de discernir entre la crítica constructiva y los comentarios frívolos determina la evolución profesional, tal como en la programación se busca identificar y corregir exactamente el error en el código.

El equilibrio entre la tradición y la innovación

Si bien las herramientas y métodos han evolucionado, la esencia del acto de enseñar y aprender permanece inalterada. La idea de que el contenido sólido siempre prevalece sobre factores externos, como los cambios de algoritmo o las nuevas tendencias en formatos de comunicación, sorprende por su sencillez y veracidad.

Algunas reflexiones que emergen de esta dualidad son:

  • La precisión y la claridad siguen siendo esenciales, sin importar la plataforma o el formato del contenido.
  • La autenticidad en la transmisión de conocimientos se establece cuando el educador comparte no solo el “qué”, sino el “por qué” de cada concepto.
  • El contenido formativo resiste al paso del tiempo, manteniéndose relevante a pesar de las modas pasajeras del entretenimiento digital.
  • La actualización constante es necesaria, pero debe hacerse en paralelo con la preservación de los fundamentos que hicieron la enseñanza efectiva desde sus orígenes.

El ingenio de combinar tradición con innovación no está en adoptar todas las nuevas herramientas solamente por moda, sino en identificar cuáles realmente simplifican y enriquecen la experiencia educativa. Es un ejercicio de equilibrio que se construye con el tiempo y que demanda una introspección continua sobre lo que realmente importa a la hora de transmitir conocimientos.

La pasión como motor del aprendizaje

Lo que realmente mantiene vivo el compromiso con la educación en tecnología es la pasión por descubrir y resolver problemas. Cada reto, cada error en el código y cada comentario recibido ofrece una nueva oportunidad para afinar tanto las habilidades técnicas como la capacidad de comunicar ideas de forma eficaz. Esta actitud no solo define a un buen programador, sino a un buen educador.

La pasión se traduce en:

  • La dedicación a investigar constantemente nuevas tendencias y tecnologías.
  • La disposición a enfrentarse a errores sin temor, entendiendo que cada fallo es un paso hacia la maestría.
  • La voluntad de compartir experiencias personales que, a pesar de los años, siguen inspirando a quienes comienzan este camino.
  • La humildad de reconocer que siempre hay algo por aprender y que la crítica, en toda su crudeza o amabilidad, es parte de ese proceso evolutivo.

El viaje de aprender y enseñar programación es, en última instancia, una travesía interior. Cada desafío, cada lección y cada herramienta descubierta complementan la imagen de un profesional que se alimenta de la curiosidad y del deseo interminable por mejorar.

El futuro de la enseñanza en programación

Mirar hacia el futuro implica entender que, aunque el entorno tecnológico evoluciona de manera vertiginosa, los principios que rigen el aprendizaje efectivo se mantienen constantes. La evolución de plataformas y métodos de enseñanza, como el auge de aulas virtuales y la integración de herramientas en tiempo real, no debe desviar la atención de la necesidad de un contenido sólido y bien estructurado.

Entre las tendencias emergentes, se puede destacar:

  • La consolidación de plataformas propias, que permiten escapar de la dependencia absoluta a grandes portales y algoritmos externos.
  • La diversificación de formatos, integrando vídeos, tutoriales interactivos y sesiones en vivo que fortalecen el vínculo con la audiencia.
  • La exploración de nuevos lenguajes y tecnologías, manteniendo una actitud flexible que permita actualizar contenidos sin perder la esencia de lo aprendido.
  • La integración de mecanismos de feedback más eficientes, para que el aprendizaje y la enseñanza se retroalimenten mutuamente sin caer en la sobrecarga de distracciones.

El desafío consiste en mantener la calidad de la enseñanza en un ambiente que demanda rapidez y adaptabilidad. Sin embargo, la fortaleza reside en la coherencia de transmitir ideas de forma clara y en el compromiso de seguir aprendiendo a medida que el mundo digital avanza.

La síntesis de un camino compartido

Lo que se desprende de un recorrido tan amplio y a la vez tan personal, es que tanto la programación como la enseñanza son ejercicios de creación. Transformar ideas en palabras, en código, en contenido educativo, es un proceso que requiere entrega, paciencia y la convicción de que cada error es una oportunidad.

Cada experiencia, desde los primeros intentos con un ordenador rudimentario hasta la elaboración de cursos completos en plataformas digitales, representa una iteración en el perfeccionamiento de uno mismo. En este proceso, la conexión con la comunidad y la respuesta a sus inquietudes se convierte en un circuito cerrado de aprendizaje, donde cada comentario y cada crítica se suman a la evolución personal y profesional.

La libertad de trabajar de manera autónoma y la responsabilidad de organizar el tiempo se unen para formar un contexto en el que el aprendizaje nunca se detiene. Cada día se configura como un nuevo ciclo donde se combinan el rigor del conocimiento técnico y la amplitud de la enseñanza humanística, dando lugar a una experiencia educativa completa.

Al final, la esencia del trabajo en programación y en la enseñanza radica en este punto: transformar la experiencia individual en algo que enriquezca a otros. En palabras extraídas de la propia narrativa de explorar herramientas y métodos, incluso pequeños descubrimientos –como utilizar Zoomit para marcar en pantalla– se convierten en anclas de un aprendizaje profundo y compartido.

La invitación es a abrazar la frustración como parte del proceso, a ver cada corrección en el código o en la lección como una mejora, y a entender que el camino de aprender y enseñar nunca está terminado. La pasión, la disciplina y la voluntad de seguir descubriendo son los pilares que sostienen un futuro en el que el conocimiento se reinventa continuamente y se comparte, no por obligación, sino por la fuerza de transformar cada día en una nueva oportunidad para crecer.

Juan es Píldoras Informáticas en YouTube y otras redes. Habrá enseñado a programar en todos estos años a miles de personas.

Tanto es así que se gana los garbanzos, como él dice, gracias a el infinito contenido que ha publicado en su canal y en su plataforma.

Píldoras informáticas está dentro de la selección de los mejores canales de YouTube de programación en español (con una herramienta sorpresa para recomendaciones personalizadas).

Buenas prácticas y herramientas potentes

Nos acompaña en la entrevista Juanjo Ramos, el autor de muchos artículos del blog de danielprimo.io. Te recomiendo vivamente su saga de buenas prácticas, enunciando letra por letra todos los principios SOLID.

Este domingo es primero de mes y en la 🧨 newsletter de Web Reactiva os enviaré los recursos y herramientas más potentes que he encontrado durante las últimas semanas.

Con todo el cariño para los que quieran recibirla en su bandeja de entrada.

¿Dónde te puedes apuntar gratis? Pues en webreactiva.com/newsletter.

De trucar juegos a miles de alumnos

Estamos acostumbrados a escuchar historias de youtubers famosos con miles de seguidores. Pero rara vez llegan a nuestras orejas noticias sobre los que tienen miles de alumnos.

Es el caso de Píldoras Informáticas, Juan, que durante años se dedicó a la formación presencial y ahora se centra en la formación online.

En su canal de YouTube podrás encontrar cursos de Java, javaScript, PHP, MySQL y muchos más. Nos cuenta en la entrevista cuáles serán los próximos.

También nos relata las principales dificultades a las que se enfrenta un creador de contenido con más de 600 mil seguidores.

Juan Díaz es Píldoras Informáticas en YouTube

Dónde encontrar a Juan Díaz en internet

Es @pildorasinformaticas en muchas redes.

En su canal de YouTube.

En twitter como @P_informaticas.

En su plataforma.

¡Nos escuchamos el próximo martes!

PD: ¿Quieres descubrir un extraño poder relacionado con la programación web?

Escrito por:

Imagen de Daniel Primo

Daniel Primo

CEO en pantuflas de Web Reactiva. Programador y formador en tecnologías que cambian el mundo y a las personas. Activo en linkedin, en substack y canal @webreactiva en telegram
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