WR 195: Las mentiras del currículum de Leonardo da Vinci
Aprendizajes de hace 500 años para developers de hoy.
5 aprendizajes que te llevas de este episodio:
- El aprendizaje surge al exponer errores y vulnerabilidades.
- La honestidad intelectual y la autoconfianza como base del desarrollo.
- Transformar errores en oportunidades de crecimiento.
- El ejemplo del currículum de Leonardo da Vinci como inspiración innovadora.
- La importancia de compartir procesos y aprender en comunidad.
La sabiduría en lo imperfecto ¶
El conocimiento real nace en el momento en que aventuramos a contar lo que aún no dominamos por completo. La honestidad intelectual de reconocer nuestras limitaciones –y a su vez aprender de ellas– es una virtud poco reconocida en la vorágine del desarrollo tecnológico. La historia de un genio del pasado, reinterpretada en el contexto actual, ilustra que lo esencial es no pretender la perfección, sino aprender a defender nuestras ideas, incluso cuando éstas se presentan incompletas.
La virtud de aprender en el proceso ¶
Todo proceso genuino de aprendizaje se nutre de la exposición de nuestros pensamientos. Al escribir, se revela un conocimiento inconsciente que habita en la mente y se va forjando poco a poco, aceptando la imperfección y transformándola en fortaleza. Lo que consideramos experiencia no surge de la suma de hechos aislados, sino de la práctica constante de poner en palabras aquellos procesos de experimentación y error.
Resulta curioso que, en el desarrollo profesional, se mire de forma casi mítica a figuras que encarnan el éxito absoluto, ignorando que el crecimiento implica cometer errores, revisarlos y reinventarse. En este sentido, la historia del “currículum” de Leonardo da Vinci se convierte en una enseñanza valiosa. En él, Leonardo no pretendía contar sus logros pasados, sino proyectar una capacidad para resolver problemas desde la experimentación, el ensayo y la autoconfianza en lo que, aunque imperfecto, podía funcionar.
Algunas ideas que emergen de esta reflexión son:
- La importancia de plasmar nuestras ideas para pulirlas.
- El valor de aceptar que el conocimiento está en proceso y se enriquece al practicar.
- La necesidad de distinguir entre lo que sabemos y lo que creemos saber antes de exponernos.
- La capacidad de utilizar las imperfecciones como herramienta para innovar y sorprender.
Cada uno de estos puntos nos invita a replantear el concepto de “nivel” en el trabajo y en la vida. Lo que se llama “tener nivel” no es una cualidad inmutable, sino una suma de experiencias, aciertos y errores que se van acumulando con el tiempo. La tecnología y la creatividad demandan una dosis de humildad: reconocer que, en un contexto colectivo, la solución óptima puede no coincidir siempre con la idea inicial que defendemos.
La estrategia detrás de la autopromoción sincera ¶
La autoconfianza que respalda una idea en una entrevista o al buscar un nuevo reto profesional necesita de una estructura similar a la de un currículum –o, mejor dicho, a la carta que uno se escribe a sí mismo para alcanzar un objetivo. Leonardo, pese a las exageraciones literarias en su escrito, acertó al presentarse como la solución a los problemas de su potencial mecenas. A pesar de carecer de la experiencia en ciertos campos, supo transmitir que:
“Puedo elaborar varios innumerables medios de ataque y defensa, en caso de necesidad construiré cañones, he ideado métodos para hacer por lugares secretos y sin ruido.”
Esas palabras, tomadas en su contexto original, demuestran la audacia de alguien que se enfoca en qué podría hacer, más que en lo que ya ha logrado. En la era actual, los desarrolladores y creadores se encuentran frecuentemente en una encrucijada similar: ¿debo esperar a tener todas las respuestas o es válida la idea de comenzar con lo que tengo y perfeccionarlo en el camino?
El rol del error y la iteración en el desarrollo ¶
El valor de equivocarse y aprender de los propios errores es crucial en el desarrollo de proyectos, no solo tecnológicos, sino también profesionales y personales. Cada experimento fallido contiene la semilla de una mejora futura, y es mediante la iteración constante que se llega a resultados de mayor calidad. Este proceso se asemeja mucho a una conversación consigo mismo, en la que cada intercambio permite pulir ideas y descubrir matices ocultos en el pensamiento.
Esta dinámica se puede resumir en tres pasos fundamentales:
- Definir la idea o solución de forma tentativa.
- Exponerla a la crítica, ya sea interna o a través de la colaboración con otros.
- Ajustarla y ampliarla mediante la reflexión conjunta, sin temor a reconocer debilidades.
Aplicar este proceso a la programación y al diseño de soluciones tecnológicas implica aceptar que el primer intento puede no ser el definitivo, y que el ensayo es en sí mismo una forma de descubrimiento. Así como la historia del currículum de Leonardo –que destaca la invención y la capacidad de prueba–, el profesional moderno debe estar dispuesto a experimentar y a compartir sus ideas para enriquecer el conocimiento colectivo.
La autenticidad como estrategia profesional ¶
La apuesta por la autenticidad es una estrategia que trasciende las fronteras de cualquier sector. Diseñar un camino profesional basado en principios reales exige que seamos capaces de mostrar nuestras carencias sin que esto suponga una debilidad. El reconocimiento de que todos, incluso aquellos que ocupan posiciones de autoridad y prestigio, han tenido que construir su experiencia a partir de pequeños pasos, invita al cerebro a trabajar en forma iterativa.
En el mundo de la tecnología, donde la búsqueda de la excelencia a menudo se transforma en una obsesión por la perfección, resulta fundamental entender que:
- Un currículum o un portafolio no es el producto final de nuestra carrera, sino una fotografía en constante evolución.
- La mejora continua es fruto de la exposición de nuestras ideas y la apertura a la crítica.
- La resiliencia ante los errores y la disposición para cambiar de rumbo son cualidades que marcan la diferencia.
Afirmar que “no se tiene nivel” puede ser, en este sentido, una traba autoimpuesta. El verdadero nivel se alcanza cuando somos capaces de defender nuestras ideas, aceptar que son incompletas y, sin embargo, tener la valentía de mostrarlas al mundo. Tal como se ilustra en la anécdota presentada, la falta de experiencia comprobada o la carencia de ciertos conocimientos no deben ser disuasivos, sino señales de que el proceso de aprendizaje está en marcha y que cada error es una oportunidad para descubrir nuevas soluciones.
Innovar a partir de la incertidumbre ¶
El reto de innovar en el ámbito del desarrollo y la programación se fundamenta en la capacidad de navegar por la incertidumbre. Cada proyecto es, a su manera, un experimento que invita a explorar territorios desconocidos. La clave radica en la utilización de métodos que permitan aislar problemas y tratar cada uno como un microcosmos de un reto mayor.
Entre las actitudes que se pueden adoptar, se destacan:
- La descomposición de problemas complejos en piezas manejables.
- La celebración de los pequeños aciertos, que al sumarse conforman la base de las soluciones grandes.
- La disposición para aprender de quienes han transitado caminos similares, sin temer a compararse de forma crítica.
El proceso de experimentación en el desarrollo se asemeja a la forma en la que Leonardo abordó sus proyectos. Aunque muchos de sus inventos quedaron en el papel, el valor del ejercicio no reside únicamente en el resultado tangible, sino en la mentalidad que impulsa la búsqueda constante del conocimiento y la creativa interpretación de lo que se da por sentado.
La importancia de compartir tu proceso ¶
El desarrollo tecnológico y la programación son disciplinas que florecen en ambientes donde el intercambio de ideas y experiencias es continuo. La narrativa que emerge al contar el propio proceso permite reflejar un trayecto lleno de matices y aprendizajes. Así, compartir lo que se hace –sin temor a mostrar vulnerabilidades– puede ser una de las herramientas más poderosas para generar conexiones y, eventualmente, enriquecer tanto a quien enseña como a quien escucha.
Un par de reflexiones clave al respecto son:
- La exposición de tus proyectos invita a recibir retroalimentación que, a menudo, ilumina aspectos que pasan desapercibidos en el trabajo en solitario.
- Narrar el proceso no solo ayuda a ordenar el pensamiento, sino que también contribuye a construir una comunidad de aprendizaje colaborativo.
- Contar lo que te hace único permite diferenciar tu perfil en un mercado tan exigente y competitivo, donde saber defender tus decisiones y reconocer la posibilidad de mejora es un valor en sí mismo.
El ejemplo de la autoconfianza proyectada en el antiguo currículum de Leonardo nos recuerda que la innovación siempre ha requerido un salto de fe. La audacia de prometer soluciones y proponer métodos que pueden que no hayan sido completamente probados sigue siendo un motor esencial en las carreras creativas. Al igual que en el desarrollo tecnológico, el progreso personal y profesional se cimenta en la capacidad de mezclar la imaginación con la disposición a aprender de cada fallo.
Una invitación a la reflexión y al crecimiento ¶
La trayectoria del desarrollo, la programación y el diseño es, en definitiva, una serie de pequeñas pruebas superadas a lo largo del tiempo. Cada línea de código, cada propuesta en un currículum o cada experimento realizado, forma parte de un camino que, aunque a veces parezca incierto, se va iluminando con cada nuevo descubrimiento. La historia reinterpretada de un genio del Renacimiento reafirma que, en la práctica, la clave está en no dejar de aprender, en no abstenerse de contar lo que somos capaces de hacer y, sobre todo, en ver el error no como un fracaso, sino como una oportunidad para crecer.
Adoptar una actitud de apertura ante la crítica y la innovación es, en el fondo, una invitación a vivir un proceso continuo de reescritura y transformación. La historia no es estática: se construye en cada momento, en cada intento, en cada frase imperfecta que, al ser revisada, nos acerca un poco más al ideal inalcanzable de la perfección.
En resumidas cuentas, si hay algo que la historia –y la experiencia en el desarrollo profesional– nos enseña, es que la autenticidad y el coraje para atreverse a proyectar lo que podríamos llegar a ser son la base misma de todo avance real. Ser sincero en la exposición de nuestras ideas, reconocer nuestras limitaciones y trabajar para convertir cada error en un peldaño, es lo que verdaderamente define a quienes se atreven a soñar y a transformar lo imperfecto en una herramienta de progreso.
Hace más de 500 años Leonardo da Vinci escribió su currículum.
Mintió. Consiguió el trabajo.
Si alguien así lo hizo, ¿por qué no deberías hacerlo tú?
Magnífica cuestión con una difícil respuesta.
No soy experto ni en la vida de Leonardo ni en la redacción de mi CV, pero creo que de ese documento se pueden extraer grandes aprendizajes.
Resulta que un “ser humano del renacimiento” era un impostor. Bueno, más bien, un personaje astuto y sagaz.
Puedes leer el CV aquí.
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¡Nos escuchamos el próximo martes!
Escrito por:
Daniel Primo
