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WR 151: Cómo crear un side project. Los recursos.

El dinero, las herramientas o las personas son elementos importantes en nuestro proyecto.

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5 aprendizajes que te llevas de este episodio:

  • Importancia de transformar una idea en proyecto con pasión y disciplina.
  • Relevancia de la inversión económica para optimizar procesos y resultados.
  • Uso estratégico de herramientas y tecnología para materializar ideas.
  • Valor del factor humano y la sinergia en el trabajo en equipo.
  • Necesidad de balance, adaptación y autocrítica para superar desafíos.

Recursos para proyectos paralelos

En la práctica del desarrollo, la ejecución de un proyecto paralelo se convierte en un ejercicio de exploración y disciplina. No se trata únicamente de tener una idea brillante, sino de gestionar y articular un cúmulo de recursos que permiten transformar esa ciencia abstracta en un objeto concreto. La mecánica de un side project exige prestar atención a cada uno de sus componentes: la inspiración que lo impulsa, la inversión económica que lo sostiene, las herramientas que lo agilizan y las personas que lo complementan. En este ensayo se desglosa cada uno de estos elementos, con la claridad que requiere el proceso para hacer que lo que es intangible se ponga en marcha.

La idea y su impulso

Todo proyecto comienza con la chispa de una idea, y es habitual que las ideas aparezcan sin caminos preestablecidos. Sin embargo, la manera en que la idea se transforma en proyecto depende de la capacidad para darle continuidad a ese pensamiento inicial. Una idea aislada es solo un concepto; es la acción y la constancia las que la convierten en algo más. El impulso necesario para que la idea se materialice surge de dos fuentes esenciales: la afición genuina por el tema y la necesidad, tanto personal como profesional, de ver materializado un propósito.

En ocasiones, la inspiración se alimenta del deseo de experimentar y aprender, mientras en otras la urgencia de cubrir una necesidad o déficit en el entorno marca el inicio del camino. Esta energía interior se plasma en decisiones cotidianas que permiten avanzar sin perder el enfoque. Para aquellos que deciden emprender algo de forma paralela, mantener la pasión y la claridad en torno a la idea es el primer recurso indispensable.

  • Apunta ideas en cuanto surjan, sin esperar a que sean perfectas.
  • Mantén un registro de esos pensamientos para revisarlos y refinarlos.
  • Permite que la idea evolucione y se adapte a la realidad del proyecto.

La inversión: dinero como herramienta

El aspecto económico es un componente ineludible en cualquier emprendimiento. No es lo mismo plantear un proyecto con el entusiasmo desbordante de juventud que contar con recursos para invertir en herramientas o externalizar tareas. Este tipo de inversión permite ganar tiempo y seguridad, liberando al creador para concentrarse en lo esencial.

El dinero, considerado aquí no como un fin, sino como un medio, actúa de la siguiente manera:

  • Optimiza procesos mediante la automatización y la contratación de servicios especializados.
  • Permite adquirir tecnología que acelera etapas críticas del proyecto.
  • Facilita la gestión de tareas que, de otra forma, consumirían horas valiosas de creatividad.

Invertir en lo que verdaderamente genera progreso para el proyecto resulta una apuesta por la eficiencia. Cada euro que se destina a mejorar algún aspecto del desarrollo debe verse como un ahorro de tiempo y una aportación a la seguridad del proceso. Queda claro que, si bien es permisible comenzar sin grandes recursos económicos, disponer de una aportación monetaria que se canalice de forma inteligente es, a su vez, un recurso que impulsa la ejecución.

Las herramientas: medios para hacer tangible lo intocable

La tecnología es el esqueleto que sustenta el proyecto. Ningún emprendimiento digital puede prescindir del arsenal adecuado para hacer realidad sus ideas. En el mundo del desarrollo web y la programación, las herramientas actúan como extensiones de la capacidad intelectual ofrecida por la idea y el esfuerzo personal. El uso acertado de estas herramientas permite externalizar y automatizar procesos, ganando así tiempo para lo que realmente importa: el crecimiento y la consolidación del proyecto.

Algunas consideraciones clave en relación a las herramientas incluyen:

  • Identificar aquellas que simplifiquen tareas recurrentes y que permitan ahorrar esfuerzo.
  • Evaluar las opciones en función de la curva de aprendizaje y del beneficio que aportan al proyecto.
  • Sin caer en la trampa de sobre invertir en tecnología innecesaria, evitar caer en la tentación de adquirir herramientas solo por su novedad.
  • Mantener un equilibrio en el uso de plataformas colaborativas como Trello, Github o similares, considerando que “las herramientas que tienes a tu disposición son un medio, no el fin” de la iniciativa.

El uso correcto de estas tecnologías se asemeja al manejo de un instrumento musical: la herramienta, si se domina, permite expresar la idea en su forma más fiel y precisa. No es raro encontrar en el proceso un momento de duda o de exceso de complicación, cuando se intenta automatizar una tarea sin tener claridad en su propósito. Es fundamental, por tanto, saber cuándo y cómo activar estas herramientas, priorizando aquellas que realmente marcan la diferencia en el flujo de trabajo.

El factor humano: el valor de las personas

Ningún proyecto alcanza su máximo potencial sin la intervención y el apoyo de otros. Las personas son, sin duda, el recurso más personal y a la vez determinante en el éxito de un side project. Enfrentar un desafío profesional o creativo de forma individual puede ser titánico, por ello trabajar en equipo, o al menos contar con el apoyo de personas confiables, puede transformar un camino arduo en uno con múltiples posibilidades de evolución.

Las interacciones humanas ofrecen ventajas que trascienden lo técnico:

  • Aportan perspectivas diversas que enriquecen la visión del proyecto.
  • Generan un ambiente de responsabilidad compartida, donde cada miembro remara al mismo ritmo.
  • Permiten celebrar tanto los pequeños como los grandes logros, proporcionando el impulso emocional necesario en momentos inferiores.
  • Facilitan la gestión y la toma de decisiones a través del diálogo y la crítica constructiva, haciendo que el proyecto se ajuste de forma constante a la realidad.

Una de las asignaturas más difíciles en el campo de los side projects es la coordinación. El liderazgo no consiste únicamente en dar órdenes, sino en conectar con cada persona y extraer lo mejor de cada una. Se requiere, además, la capacidad para gestionar las emociones y la ambición de cada integrante, reconociendo que la unión de las fuerzas personales traduce la idea en un producto tangible. La responsabilidad del líder o coordinador radica en mantener el enfoque y garantizar que, pese a las inevitable diferencias, el proyecto no pierda su rumbo.

El arte de balancear todos los recursos

La intersección de ideas, inversión económica, herramientas y personas es donde se define el verdadero éxito de un proyecto. La verdadera maestría radica en saber equilibrar estos factores, sin sobregastar ninguno a costa de los otros. No se trata de seguir una receta preestablecida, sino de tener la flexibilidad de adaptar el recurso en función del momento y de las necesidades del proyecto.

En ocasiones, el camino se asemeja a encontrar una solución en tiempo real, respondiendo a numerosos retos en el trayecto. Conforme el proyecto avanza, es común descubrir que algunas decisiones tomadas en un principio deben ser reevaluadas, que los objetivos planteados deben modificarse para ajustarse a la realidad emergente.

El propio proceso creativo puede verse como una prueba de resistencia intelectual y emocional. La transformación de una idea en un sitio funcional demanda la capacidad de reinterpretar continuamente los recursos disponibles y de adaptarse a nuevas circunstancias. En este sentido, cada recurso es una catapulta, una manera de ganar terreno y de asegurar que el proyecto no se estanque en la mera posibilidad.

Un aspecto revelador en este proceso es la capacidad para identificar lo esencial y descartar lo innecesario. Tal vez, en algún momento se recurra a la automatización de procesos o se considere la inversión en tecnología que, aunque parezca atractiva, no contribuya de forma directa al núcleo del proyecto. La frase “¿Pero qué coño es esto?” – extraída literalmente en un momento crítico – simboliza cómo, ante lo inesperado, uno debe evaluar rápidamente si lo que se tiene es realmente un recurso o si solo se trata de una distracción que desvía el objetivo inicial.

Asimismo, las personas juegan un papel dual. Pueden ser tanto fuentes de innovación y apoyo fundamental como factores que, si no se gestionan adecuadamente, pueden desviar la energía del proyecto hacia metas dispersas. La armonía entre lo personal y lo profesional se refleja en la capacidad de cada equipo o individuo para mantener el foco cuando las tensiones amenazan con desestabilizar el proceso.

La sinergia de los recursos

Para consolidar la idea de un proyecto paralelo, es imprescindible transformar cada recurso en una parte esencial del engranaje total. La sinergia entre cada uno de los elementos permite que el progreso se materialice de forma sostenida. En la práctica, este es el resultado de una planificación consciente y de una ejecución meticulosa en la que cada decisión se toma en función de un bien mayor.

La siguiente lista resume los desafíos y ventajas que ofrece el manejo de recursos en un proyecto paralelo:

  • Claridad en la idea: Mantener la pasión y el objetivo definido permite que cada respiro del proyecto sea una reafirmación de la intención original.
  • Gestión del tiempo y del dinero: Priorizar inversiones que culminen en la optimización de tareas es una manera de potenciar el rendimiento general.
  • Dominio de las herramientas: Conocer a fondo las tecnologías disponibles y saber emplearlas sin caer en el exceso aporta flexibilidad y rapidez.
  • Coordinación del equipo: La correcta sinergia entre las personas transforma el esfuerzo individual en un motor imparable, capaz de superar los obstáculos inherentes a cualquier camino emprendedor.

Cada uno de estos aspectos se complementa al formar una estructura que no dependa de un solo recurso, sino de la combinación equilibrada de todos los elementos. Es un proceso en el que la autocrítica y la revisión constante se convierten en aliados naturales, permitiendo que la experiencia misma se retroalimente para alcanzar nuevos niveles de eficiencia y calidad.

Una mirada introspectiva sobre el proceso creativo

Es fundamental reconocer que poner una idea en marcha no es un proceso lineal ni sencillo. Requiere constancia, reflexión y la capacidad de admitir que, a veces, la visión inicial necesita ser reformulada. Al hacer que las ideas se conviertan en palabras, en acciones, uno se enfrenta a la paradoja de que la elaboración misma transforma el pensamiento en algo más nítido y a la vez más exigente. En el camino, se descubre que nunca se puede tener todo perfectamente definido antes de empezar; hay que aceptar la incertidumbre y aprender a gestionarla.

El proceso de dar forma a una idea es, en esencia, la lucha constante contra la imperfección. Cada ajuste reevaluado es como depurar el código de un proyecto: se eliminan errores, se fortalece la estructura y se construye algo más resistente a las futuras adversidades. La escritura, la programación y cualquier forma de creación intelectual comparten esta característica: revelar lo inconsciente a través de la acción consciente.

Esta reflexión interpela a quienes se encuentran en medio de la construcción de un side project para que reconozcan que la evolución de la idea es una prueba de madurez. El proceso mismo es un recurso—una herramienta interna que permite descubrir, de forma inesperada, lo que antes permanecía oculto en la mente. Y es precisamente a través de este enfrentamiento con la imperfección que se obtiene el conocimiento necesario para seguir avanzando.

La fuerza de la adaptación

La flexibilidad es otro pilar esencial cuando se trata de gestionar los recursos de un proyecto. Muchas veces, la estructura inicial de un emprendimiento se basa en puras expectativas. Sin embargo, la realidad tiende a mostrar las limitaciones y las oportunidades que uno no había previsto. Adaptarse significa estar dispuesto a dejar de lado lo que se pensaba que era inamovible y abrazar modificaciones que, a corto plazo, pueden parecer mínimas, pero a la larga se traducen en una ventaja competitiva.

Adoptar una postura flexible implica:

  • Reconocer los errores sin castigarse, viéndolos como áreas de mejora.
  • Aceptar que el proceso creativo es histórico e iterativo, en el que cada ciclo de feedback es una oportunidad para afinar la estrategia.
  • Reconfigurar las prioridades a medida que se obtienen nuevos conocimientos y se generan nuevas necesidades en el proyecto.

La capacidad de adaptación se refleja en la manera en que se utilizan los recursos: desde reajustar las inversiones económicas hasta reconfigurar las herramientas y redefinir las responsabilidades del equipo. Es un mecanismo que, bien desarrollado, permite que el proyecto se expanda de forma orgánica, manteniendo siempre la esencia de la idea original.

La importancia de celebrar el progreso

Aunque el trabajo diario no siempre es visible para el exterior, los hitos alcanzados a lo largo del camino son el motor que impulsa la continuidad del proyecto. Esa sensación de logro, por pequeña que sea, se convierte en un estímulo poderoso para seguir invirtiendo en la idea. Celebrar cada avance, ya sea a través de una revisión organizada o compartiéndolo con amigos y colegas, es una estrategia que valida el esfuerzo realizado y abre la puerta a nuevas oportunidades.

Se pueden identificar momentos clave en el proceso de desarrollo:

  • La finalización de un módulo crítico del proyecto.
  • La implementación exitosa de una herramienta que mejora la eficiencia.
  • La integración de un miembro clave al equipo, cuya experiencia añade un valor sustancial al resultado final.

Cada uno de estos logros recuerda que, a pesar de la complejidad y la incertidumbre del camino, el progreso es real y palpable. La celebración de estos pequeños triunfos no solo refuerza la moral, sino que también contribuye a mantener un enfoque claro en el propósito del proyecto sin dejarse distraer por la frustración o la monotonía del día a día.

Reflexión final

La ejecución de un proyecto paralelo es, ante todo, una cuestión de ordenar recursos, gestionar incertidumbres y tener la capacidad de transformar ideas vagas en realidades tangibles. El camino no es sencillo: cada decisión, cada inversión y cada herramienta utilizada debe estar en sintonía con el objetivo global. La sinergia entre la pasión, la inversión, la tecnología y la cooperación humana es lo que hace que el emprendimiento sea una experiencia enriquecedora y transformadora.

En este proceso, es crucial aceptar que todo está en constante evolución. La adaptación y la autocrítica se convierten en parte inherente de la rutina diaria, permitiendo que lo que en un momento fue solo una chispa se encienda en un fuego que ilumina el camino. Las herramientas, los recursos y la dedicación son, en última instancia, reflejo de la necesidad de no conformarse con ideas incompletas, sino de comprometerse en una ejecución precisa y honesta.

El reto para cada creador es reconocer que la acción, cuando se acompaña de reflexión y de una adecuada gestión de recursos, es la fórmula para convertir lo potencial en lo real.


Con la claridad que ofrece esta mirada, se invita a repensar cada elemento del proceso. No es suficiente con tener una gran idea, sino que hay que entender cómo catalizarla mediante la inversión adecuada, las herramientas correctas y, sobre todo, la sinergia entre personas que comparten la misma pasión.

Como dijo en un momento crucial del proceso:
“¿Pero qué coño es esto?”

Esta exclamación encierra la esencia de la confrontación con la realidad: la necesidad de evaluar críticamente cada recurso y asegurarse de que todo aporte al objetivo sin agregar complejidad innecesaria. Cada desafío, cada incertidumbre y cada ajuste forman parte de un largo camino hacia la materialización de una visión que, con el tiempo y el esfuerzo correcto, se transforma en algo más sólido y real.

La constancia y la capacidad de adaptación se revelan así como los verdaderos recursos que sustentan todo proyecto. Al final del día, lo que se manifiesta es el valor de la persistencia y la habilidad para convertir lo imposible en tangible, lo caótico en ordenado, y lo abstracto en concreto.


Este recorrido nos recuerda que el proceso creativo es infinito y que cada paso, por minúsculo que parezca, marca la diferencia en el camino hacia un resultado real y significativo. La gestión inteligente de recursos es, en definitiva, el arte de transformar visiones en realidades palpables.

Cada recurso, en su justa medida, potencia la capacidad intrínseca de la idea:
• Un pensamiento apasionado que se plasma en proyectos reales.
• La inversión monetaria que allana la ruta hacia la eficiencia.
• Las herramientas, como aliados imprescindibles en la automatización y gestión.
• Y el factor humano, que suma creatividad, responsabilidad y fuerza vital.

La esencia del emprendimiento radica en aprender a medir cada uno de estos componentes y en utilizar cada uno como un peldaño en la escalera del éxito. La apuesta por un side project es, en toda regla, una apuesta por uno mismo: por la capacidad de superar retos, de transformar la incertidumbre en acción y de convertir cada recurso en un paso firme hacia el logro de objetivos que, por mucho que inicien en la abstracción, terminan siendo la materialización de la pasión.

El verdadero desafío está en ser lo suficientemente honestos como para reconocer que las ideas se forjan en la interacción constante con la realidad, y en ser persistentes en la búsqueda de esa mejora continua que todo creador necesita para trascender.

Cada proyecto es una prueba de ingenio, una invitación a repensar cada recurso en pro del avance y una oportunidad para descubrir, al enfrentarse a lo nuevo, que lo que se tiene en la mente puede hacerse tangible a través del esfuerzo y la colaboración. La claridad en los objetivos y la correcta gestión de recursos se convierten en la base inamovible sobre la que se construye no solo un side project, sino también toda una forma de entender y transformar los desafíos en oportunidades.

La transformación pasa por la acción de poner ideas a trabajar, en ocasiones desafiantes, en ocasiones sorprendentes, pero siempre auténticas. Y en ese proceso, la mejora continua se erige como el camino seguro hacia resultados que, pese a las dudas iniciales, se consolidan en la certeza de que cada recurso bien gestionado es una victoria en sí misma.

La saga del verano continua.

Puedes ver todos los episodios en la página del podcast, son los últimos publicados.

Además en el podcast premium estoy contando cómo creo un side project por dentro. Tanto es así que el próximo viernes desvelaré si voy a continuar con él o no.

¡Me ha llegado la crisis!

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CocoStack camino del segundo número

La semana pasada lancé un nuevo proyecto y continuamos avanzando.

Mañana te contaré por qué somos ya un millón de almas “jamstackeras”

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Los recursos disponibles

En el episodio 148 hablábamos de ideas.

¿Qué diferencia tienen con los recursos?

Pues la propia definición lo dice:

“Ayuda o medio del que una persona se sirve para conseguir un fin o satisfacer una necesidad.”

Un side project consume tiempo, como vimos en el 149.

También consume energía.

Peor hay factores a tener en cuenta para poner en valor: el dinero, las herramientas, las aficiones o las personas que te rodean.

Quizás el empujón final para seguir te lo den esos recursos.

El domingo en la 🧨 newsletter de Web Reactiva

Esta semana mi pizarra habla conmigo.

Me cuenta cosas desde el pasado.

51 postit que dejé pegados desde hace más de un año allí me cuentan historias de lo que quería construir y ser en el futuro.

¿Lo habré conseguido?

Descúbrelo el domingo suscribiéndote gratis.

¡Nos escuchamos el próximo martes!

Escrito por:

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Daniel Primo

CEO en pantuflas de Web Reactiva. Programador y formador en tecnologías que cambian el mundo y a las personas. Activo en linkedin, en substack y canal @webreactiva en telegram
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