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WR 149: Cómo crear un side project. La planificación.

El proyecto paralelo continúa hablando del tiempo.

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5 aprendizajes que te llevas de este episodio:

  • La importancia de transformar ideas en tareas concretas para evitar la parálisis por análisis.
  • Estrategias para desglosar ideas en acciones mínimas y realizables.
  • El manejo realista del tiempo y la planificación flexible en proyectos paralelos.
  • El uso de herramientas como Trello y listas de tareas para visualizar el progreso.
  • La unión entre creatividad y disciplina para alcanzar metas y fortalecer el compromiso.

Planificar ideas para convertirlas en acción

El acto de transformar ideas en acciones concretas exige que sometamos nuestros pensamientos a la prueba de la escritura y la organización. Este ejercicio no es solo un requisito técnico, sino una forma de revelar el conocimiento inconsciente. La misma experiencia de estructurar un side project nos enseña que cada idea -por grandiosa o pequeña que parezca- necesita ser aterrizada en tareas concretas para evitar caer en el estancamiento o en lo que algunos llaman parálisis por análisis.

La transformación de ideas en tareas

Al comenzar un proyecto, la tendencia natural es que las ideas fluyan sin límites. La verdadera dificultad consiste en domar esa marea para convertirla en acciones específicas. Mientras que la imaginación encierra la posibilidad de lo infinito, su potencial se realiza solo cuando se lleva a la práctica. Algunas pautas esenciales para lograrlo son:

  • Reconocer el valor de una idea sin dejar que se convierta en un obstáculo.
  • Desglosar la idea en tareas mínimas y realizables.
  • Asegurar una planificación que permita avanzar con flexibilidad, sin caer en la sobreplanificación paralizante.

Cada proyecto puede verse como la construcción de un edificio, donde cada tarea –como comprar un dominio, instalar tecnología básica o configurar un registro de usuarios– se asemeja a colocar un ladrillo. No se trata de planificar hasta el último detalle, sino de delimitar el comienzo y permitir que la ejecución de tareas sencillas genere el impulso necesario para continuar.

La importancia de planificar sin paralizarse

Una reflexión crucial es que “planificar en exceso algo como un side project… es tan malo como no planificar nada”. El exceso de análisis puede frenar la iniciativa. Los errores comunes que se deben evitar son:

  • Enfocarse en un esquema de trabajo demasiado rígido que impida adaptarse a la realidad del tiempo y de las prioridades.
  • Posponer la acción esperando tener un plan perfecto que, en la práctica, nunca llega.
  • Confundir la recopilación de ideas con el avance real, cuando en efecto apenas se ha somado a la lista de posibilidades.

El primer paso consiste en definir con claridad el tiempo disponible para trabajar. La pregunta fundamental es: ¿Cuánto tiempo tienes realmente para dedicar al proyecto? Sin importar si se pueden disponer de dos o veinte horas semanales, reconocer y segmentar ese tiempo es fundamental para no ver el proyecto relegado al olvido y, consecuentemente, para evitar que la lista interminable de ideas se convierta en una fuente de frustración.

Del pensamiento a la acción concreta

Una vez delimitado el tiempo, se deben traducir las ideas en acciones concretas. Algunas estrategias prácticas incluyen:

  • Anotar todas las ideas que surjan sin censura, para luego filtrarlas y priorizarlas.
  • Reducir cada idea a componentes mínimos que sean factibles de ejecutar.
  • Utilizar herramientas que permitan visualizar el progreso, como tableros de tareas o listas de control.

Por ejemplo, el simple acto de comprar un dominio se vuelve una tarea crucial: ese pequeño gasto financiero y la decisión sobre el nombre del proyecto son pasos que transforman una idea vaga en un compromiso concreto. Es vital establecer también los primeros hitos, como poner en funcionamiento una página inicial o configurar un registro de usuarios, incluso si esa funcionalidad está en una etapa mínima. Cada uno de estos hitos ofrece una sensación de logro que motiva a continuar y a invertir en la próxima fase.

La experiencia se nutre de la realización de tareas mínimas que, aunque parecen insignificantes, son el comienzo de una estructura que dará forma al proyecto. Escribir y definir el proceso de planificación fuerza a ordenar el pensamiento. Esto es similar a lo que se experimenta al escribir sobre un tema: la acción de plasmar el proceso ayuda a pulir y concretar cada detalle.

El valor del pequeño triunfo

Celebrar pequeñas victorias es fundamental. Un hito alcanzado, por mínimo que sea, se convierte en una prueba tangible del progreso. Es interesante notar cómo, en determinadas circunstancias, el simple hecho de alcanzar un componente funcional del proyecto –como el registro de usuarios o la publicación de una web en la nube– genera una satisfacción que se traduce en impulso para continuar. Algunas de las recompensas inherentes a estos logros son:

  • La validación de haber convertido una idea en acción.
  • La confianza en la propia capacidad para manejar tareas, por pequeñas que sean.
  • El fortalecimiento del compromiso con el proyecto, al ver resultados palpables.

Como ejemplo, se puede recordar la anécdota de un personaje que afirmaba: “Me voy a comer a vuestro pavo”. Esta declaración, extraída literalmente del proceso narrativo, no es una mera exclamación, sino la manifestación de pasar de la intención a la acción, que aboga por una actitud decidida ante los desafíos.

La gestión del tiempo y los recursos

Otro aspecto importante es el manejo realista del tiempo. Se debe hacer un balance entre lo que se dispone y lo que se quiere hacer. Para los que se encuentran con limitaciones, ya sea por responsabilidades familiares o laborales, es indispensable identificar esos momentos en el calendario que pueden ser dedicados al proyecto. Algunas recomendaciones en este proceso son:

  • Revisar la agenda semanal y marcar los bloques de tiempo que se pueden dedicar al proyecto.
  • Ser realista en la estimación de horas disponibles, de modo que se eviten expectativas irreales.
  • Recordar que, aunque cinco horas semanales no sean mucho, son horas suficientes para mantener el impulso y ganar experiencia.

Al identificar estos huecos, se consigue no solo avanzar en el desarrollo, sino también establecer una disciplina que favorezca la continuidad del proyecto a largo plazo.

Herramientas y métodos de organización

Dentro del abanico de métodos disponibles, algunas herramientas ofrecen ventajas evidentes para gestionar el progreso sin caer en la trampa de la sobreplanificación. Entre ellas se destacan:

  • Tableros visuales (por ejemplo, Trello) que permiten tener una visión clara de cada etapa.
  • Listas de tareas que se pueden clasificar por estados: pendiente, en progreso y finalizado.
  • Documentos colaborativos que facilitan el seguimiento y la actualización del plan conforme evoluciona el proyecto.

Estas herramientas no deben ser vistas como la meta final, sino como medios que faciliten la visión y organización. El objetivo es evitar que la sobreabundancia de ideas o la búsqueda de una estructura perfecta se interpongan en el proceso de acción. La flexibilidad es un valor esencial en el desarrollo de cualquier side project.

La creatividad y la disciplina como aliados

El proceso de llevar ideas a la realidad no es solo un ejercicio técnico, sino también una experiencia que refuerza la creatividad y la disciplina. Cada paso, cada línea de código, y cada decisión, desde la compra de un dominio hasta el ajuste de pequeños detalles, forman una cadena en la que la creatividad se convierte en disciplina. Este balance permite que el conocimiento inconsciente se exteriorice y que las ideas, antes etéreas, encuentren su forma en el mundo real.

Las claves para avanzar son:

  • Someter las ideas a límites concretos sin dejar de fomentar la creatividad.
  • Evitar el perfeccionismo que paraliza, optando por el progreso continuo a través de pequeños logros.
  • Mantener la motivación celebrando cada mini-meta alcanzada.

La autogestión del proyecto implica reconocer que la planeación es una herramienta que, si se utiliza correctamente, ayuda a convertir la visión en acción sin perder la esencia de la creatividad. La escritura de estas ideas, estructuradas en componentes manejables, permite una mejor reflexión y una ejecución más precisa.

Una narrativa en constante evolución

El desarrollo de un side project se asemeja a una narrativa en la que cada capítulo es una lección. Desde la etapa inicial de ideación hasta la concreción de tareas, cada fase ofrece enseñanzas que se acumulan a lo largo del tiempo. Este proceso se caracteriza por la necesidad de iterar, ajustar y corregir en cada paso, de forma análoga a la reescritura de un ensayo. Es precisamente esta disciplina la que revela el conocimiento profundo y, en ocasiones, inconsciente, que el camino del desarrollo web permite explorar.

En la práctica, la historia del proyecto se escribe paso a paso, permitiendo que el esfuerzo se vea reflejado en avances palpables que se aprecian con una visión retrospectiva. La evolución no se mide solo en el producto final, sino en el aprendizaje continuo y en la constancia de la acción.

Conclusión abierta a la reflexión

Cada proyecto trae consigo el reto de balancear la creatividad con la disciplina. La planificación, lejos de ser un obstáculo, es la puerta que transforma las ideas en una realidad tangible y medible. Es en el rigor del compromiso con cada tarea, desde las más pequeñas hasta las aparentemente insignificantes, donde se revela el verdadero potencial de toda iniciativa.

La experiencia de desarrollar proyectos permite descubrir que no hay ideas completamente formadas hasta que se enfrentan a la necesidad de plasmarse en acciones concretas. Es en ese acto, en esa conversión de la abstracción a lo específico, donde se encuentra la más profunda enseñanza sobre uno mismo.

Adoptar este enfoque no solo beneficia la creación de un producto, sino que enriquece el propio proceso creativo y disciplinado, abriendo paso a nuevas formas de entender y ejecutar lo que uno desea construir. La transformación de ideas abstractas en acciones concretas es, en última instancia, una invitación a explorar la intersección entre la imaginación y la implementación, un camino donde la sencillez y la determinación se unen para dar forma al futuro.

El proyecto paralelo continúa hablando del tiempo.

(En el episodio anterior hablamos de la idea.)

No de la meteorología.

Hablemos del cronómetro, del reloj.

Las cosas no se hacen muchas veces por “falta de tiempo”.

Pero otras es porque no nos organizamos.

Hay huecos.

Más de los que parecen.

Falta solo una cosa: la firme voluntad de querer sacar adelante tu side proyect.

Cada viernes, mi side project

En el episodio del podcast del viernes pasado conté mi idea: Hacer de la 🧨 newsletter de Web Reactiva un producto más completo.

Esta semana seguiré contando mis peripecias con este side project acompañado de toda la comunidad que alberga la Zona Premium.

Aquí puedes suscribirte.

¿Cuánto tiempo puedes dedicar cada semana?

Es la pregunta clave y así te lo cuento en el episodio de hoy.

Da igual si es 1, 5 o 20.

Pero hay que tenerlo claro antes de ponerse a trabajar.

Buscar esos huecos en los que estás dispuesto a convertir tu side project en parte del ocio.

Recuerda, no tenemos todo el tiempo del mundo para hacerlo.

Pero no dedicarle ni un segundo a la acción, hace que el proyecto quede en abandono.

El dique seco no.

¡Queremos acción!

Trello puede ser tu aliado

Es una herramienta, solo eso.

Pero tiene algunas características muy positivas que te relato en el episodio 61.

Algunos enlaces más:

¿Cómo gestionar un proyecto con Trello?

La gestión de proyectos como herramienta para desencadenar el máximo potencial de tu equipo de trabajo

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¡Nos escuchamos el próximo martes!

Escrito por:

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Daniel Primo

CEO en pantuflas de Web Reactiva. Programador y formador en tecnologías que cambian el mundo y a las personas. Activo en linkedin, en substack y canal @webreactiva en telegram
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