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WR 234: Buscando el mejor Backend as a Service (BaaS) con un reto en grupo

Un desafío de programación en comunidad.

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5 aprendizajes que te llevas de este episodio:

  • Integración de múltiples plataformas BaaS como Supabase, Nhost, Strapi, Directus y Notion API.
  • Desafío gamificado que rompe con la excusa del 'no hay tiempo' para aprender y crear.
  • Proceso de experimentación que une creatividad y técnica en el desarrollo web.
  • Importancia del feedback comunitario y la colaboración en proyectos experimentales.
  • Transformación de ideas en soluciones prácticas a través de la experimentación constante.

Backend de la suerte: explorando la experimentación en desarrollo web

La tecnología nos invita a reinventarnos a través de desafíos que, a la vez, ponen en evidencia la brevedad y complejidad del tiempo. Nosotros, creadores y desarrolladores, encontramos en cada reto una oportunidad para descubrir lo que antes parecía invisible. El simple hecho de plantearnos un desafío – en este caso, experimentar con diversos Backend as a Service – nos obliga a repensar nuestras ideas y a evolucionar en tiempo real. La naturaleza de la programación es, en gran medida, la búsqueda de consistencia entre la idea original y la forma en que esa idea se plasma en producción.

Una excusa para tener tiempo

El desafío que se presentó no era otro que contar la historia del “Backend de la suerte”. No se trató simplemente de programar, sino de encontrar excusas para probar esas herramientas que nos llaman la atención por su potencial. Así es como el tiempo se vuelve algo relativo: si bien no tenemos tiempo, diseñar una actividad gamificada nos permite encontrar algunas horas en las que concentrarnos en aprender y en disfrutar del proceso de creación. La esencia radica en tener la posibilidad de experimentar, en saber que cada implementación, cada línea de código y cada error son parte de un aprendizaje profundo.

Tal como se dijo en la introducción del desafío:
“¡Werreactiva! ¡Episodio 234!”
Esta exclamación encierra esa energía vibrante que surge al enfrentarse a lo desconocido, a los aspectos no resueltos y muchas veces inexplorados de la tecnología. De allí nace el impulso no solo de crear, sino también de compartir el proceso con la comunidad.

Los retos como motor del aprendizaje

El desafío se desgranó en varios retos progresivos que nos impulsaron a expandir nuestras habilidades. El primer paso era simple: obtener un emoji que representara el oro, un testigo de la primera conexión entre frontend y backend. Más adelante, se requería manipular la lógica para determinar cuántos clics – o “picar” – eran necesarios para alcanzar el “tesoro”. El recorrido, a pesar de su aparente simplicidad, obligó a los participantes a enfrentar diversos componentes:

  • Integración de autenticación de usuario
  • Comunicación entre servidor y cliente sin atajos
  • Implementación de diversas API preconfiguradas
  • Adaptación a distintos lenguajes y frameworks, como Vue, React o Angular

Cada uno de estos puntos se tradujo en innumerables momentos de reflexión. La urgencia por materializar la idea en código obligó a cuestionarnos aspectos fundamentales de la lógica, de la estructura de bases de datos y, por supuesto, de la propia estrategia al desarrollar backend as a service.

Backend as a Service: herramientas y posibilidades

La esencia del desafío radica en la diversidad de herramientas que fueron puestas a prueba, cada una aportando sus propias fortalezas y limitaciones. Entre ellas, algunas se destacaron notablemente:

  • Superbase: Una alternativa fresca a servicios consolidados como Firebase, que ofrece bases de datos SQL, autenticación y APIs integradas. Su simplicidad y versatilidad permitieron a los participantes desarrollar aplicaciones de manera rápida, facilitando el acceso a funcionalidades avanzadas sin complicaciones.
  • Nhost: Una propuesta joven que combina SQL, GraphQL y funciones serverless. Su capacidad para integrarse a través de plantillas ya establecidas abrió la discusión sobre la importancia de la documentación y el soporte técnico en proyectos experimentales.
  • Strapi: Un veterano en el campo de los headless CMS. Su robustez y flexibilidad se ponen de manifiesto en la generación de APIs y la automatización de procesos de despliegue, aunque su falta de un cloud propio puede ser vista como un reto adicional.
  • DirectX y Notion API: Presentan enfoques diferentes, siendo DirectX una opción amigable para comenzar sin complicarse, mientras que Notion, a pesar de no ser open source, sorprende por brindar una API que, en manos creativas, puede transformar el orden de los datos en algo mucho más interactivo.

Estos ejemplos ilustran que lo esencial no es simplemente escoger la herramienta más novedosa o la que suena mejor, sino comprender sus posibilidades a través de la experimentación. La experiencia no solo se limita a programar, sino a hallar conexiones entre lo que se aprende y lo que se puede aplicar en nuevos contextos.

La importancia de la experimentación en el desarrollo

La esencia de la prueba radica en que ninguna idea llega completamente formateada. La escritura y el acto de programar nos obligan a abrir nuestra mente y a confrontar lo que, desde el inicio, parecía claro y definitivo. Cada línea de código, cada integración y cada API usada se convierten en un ejercicio de honestidad intelectual. Es comparar lo que se esperaba con lo que, en la práctica, se materializa en el hardware y software, generando un proceso de aprendizaje autodidacta y profundamente personal.

En este juego, existen ciertos elementos cruciales:

  • La práctica continua: Solo enfrentando nuevos retos y cometiendo errores se alcanza un dominio que no se logra solo con la teoría.
  • La colaboración y el intercambio: El debate y la retroalimentación se vuelven insustituibles cuando el código se comparte públicamente. La comunidad observa, comenta y sugiere mejoras, multiplicando las perspectivas.
  • La adaptabilidad: Cuando la solución encontrada no encaja a la perfección, la capacidad de pivotar y buscar nuevos caminos se vuelve esencial. Esta adaptación es lo que diferencia a un desarrollador que simplemente sigue patrones de uno que crea soluciones propias y significativas.

La intersección entre creatividad y técnica

El reto planteado es un reflejo del proceso creativo que se vive cada día en el mundo del desarrollo. Al diseñar un sistema que integra desde autenticación hasta gestión de datos, se desdibuja la línea entre el puro trabajo técnico y la experimentación artística. Es una invitación a abordar el código no solo como un medio funcional, sino como una forma de expresión que puede evolucionar con el tiempo.

  • Cada plataforma aporta un enfoque distinto: mientras una puede facilitar la autenticación, otra simplifica la generación de código en caliente.
  • Esta pluralidad de caminos abre múltiples rutas para resolver problemas, permitiendo que cada participante descubra la mejor manera de integrar todos los elementos.
  • La elección de la tecnología no es trivial: al igual que seleccionar una paleta de colores, cada herramienta tiene su “tono”, su manera particular de contribuir a la imagen final del proyecto.

Como se comentó durante el desafío, algunos participantes optaron por usar plataformas como NESJS para explotar al máximo las ventajas de un frontend moderno, mientras que otros se enfocaron en desplegar su solución en servicios que ofrecían configuraciones casi infinitas, como Vercel. Esta diversidad demuestra que, en el fondo, la creatividad en tecnología no tiene límites definidos; cada decisión es una oportunidad para aprender, fallar y crecer.

La traducción de ideas a soluciones concretas

El acto de programar, de igual que el de escribir, es una prueba que saca a la luz nuestras ideas inconscientes. La simple mención de “picar” para conseguir oro en el contexto del desafío se convierte en un catalizador de reflexión. La idea, aparentemente simple, se transforma en un proceso complejo de autenticación, manipulación de datos y diseño de interfaces. En ese sentido, el desafío se vuelve tan relevante como el mismo proceso de creación:

  • Convertir un emoji en una señal de éxito técnico.
  • Transformar la interacción del usuario en un juego que implica lógica de negocio.
  • Exponer al desarrollador a la multitarea, donde cada decisión afecta la funcionalidad general del proyecto.

Esta capacidad de transformar ideas vagas en soluciones tangibles es lo que distingue a quienes se dedican a la tecnología. La programación se convierte en un espejo en el que reflejamos tanto nuestros conocimientos como nuestras carencias. Solo al enfrentarnos al reto de plasmar esas ideas surgen dudas y nuevas conclusiones, en un proceso continuo de mejora y autoevaluación.

Reflexiones sobre la búsqueda del backend ideal

No existe un backend as a service perfecto que funcione en todos los escenarios. Lo que se obtiene al experimentar es una visión multifacética de lo que cada herramienta puede ofrecer, comparada con las necesidades específicas de un proyecto. Cada plataforma tiene sus ventajas y limitaciones, y es en el contraste donde reside la verdadera enseñanza:

  • Superbase destaca por su capacidad de ofrecer soluciones listas para múltiples escenarios.
  • Nhost, a pesar de su juventud, muestra una robustez que invita a seguir explorándolo.
  • Strapi, con su madurez, ofrece flexibilidad tampo menos apreciable a primera vista.
  • DirectX y Notion API representan la posibilidad de reinventar procesos a partir de integraciones creativas.

La lección que se deduce de este experimento es que la tecnología es, ante todo, un medio para potenciar el pensamiento crítico y creativo. Cada herramienta es una oportunidad para explorar posibilidades, expandir horizontes y sobre todo, para enfrentarse a la incertidumbre de lo desconocido sin miedo.

El aprendizaje a través del desafío

El camino de la experimentación no es lineal ni predecible. En este proceso se combinan aspectos de aprendizaje autodidacta, de colaboración y de reinvención constante. Se aprende más en el error que en el éxito, y cada obstáculo se convierte en una invitación a indagar más profundamente:

  • La documentación se vuelve casi tan crucial como el propio código.
  • El intercambio de ideas con otros desarrolladores enriquece la perspectiva y aporta soluciones inesperadas.
  • La perseverancia en medio de la frustración se traduce en habilidades que van más allá de lo técnico.

Esta dinámica es similar al proceso de escritura: cada revisión y cada reflexión permite depurar no solo la idea original, sino también a nosotros mismos. La escritura y la codificación son dos caras de la misma moneda, ambas reveladoras del conocimiento inconsciente que poseemos y que, a través de la práctica, desemboca en nuevas formas de entender nuestro trabajo.

La experiencia del desafío es un recordatorio de que, en el mundo del desarrollo, no se trata de tener todas las respuestas desde el principio. Se trata de crear, experimentar y, sobre todo, de no temer al cambio. La tecnología, en su esencia, es tanto una herramienta práctica como un medio para descubrir inquietudes y aspiraciones que residen en lo más profundo de la mente.

Este tipo de iniciativas no solo ponen a prueba nuestras capacidades técnicas, sino que también nos muestran la importancia de mantenernos curiosos y abiertos a nuevas posibilidades. En cada línea de código y en cada integración de API se oculta la oportunidad de aprender algo nuevo, de romper paradigmas y de avanzar hacia soluciones que hoy parecen imposibles.

La inversión en el tiempo y en la experimentación

El reto del “Backend de la suerte” es, en última instancia, una inversión en tiempo y en la propia capacidad de reinventarse. La experimentación no es simplemente dejarse llevar por la novedad, sino profundizar en la posibilidad de que, mientras más complejo se vuelva el desafío, más se revelan las facetas ocultas de nuestra forma de pensar.

Investigar, probar y comparar distintas soluciones tecnológicas implica una serie de decisiones que pueden parecer insignificantes al principio, pero que al final conforman el camino hacia una mayor comprensión. Es este proceso el que fomenta una conexión genuina con nuestro trabajo, permitiéndonos identificar en cada error y en cada acierto la esencia de lo que significa ser un desarrollador en constante evolución.

Cada característica, cada integración y cada mejora se suman a una serie de aprendizajes vitales:

  • Comprender los límites y posibilidades de cada plataforma.
  • Adaptar nuestras soluciones a problemas específicos.
  • Aprender a sacar partido de las herramientas disponibles sin caer en la dependencia de una única tecnología.
  • Reconocer la importancia del feedback comunitario para el crecimiento personal y profesional.

Este desafío nos muestra que el verdadero éxito no radica en la perfección del código, sino en la capacidad de transformar problemas complejos en soluciones sencillas y elegantes.

Hacia nuevas fronteras en el desarrollo

La experiencia compartida en el desafío del “Backend de la suerte” se convierte en una invitación a explorar y experimentar sin miedo a equivocarse. Es en la incertidumbre y en el riesgo de lo desconocido donde se forjan las verdaderas habilidades tecnológicas. La integración de diversas plataformas y enfoques nos recuerda que el desarrollo web es mucho más que código: es una mezcla de técnica, creatividad y, sobre todo, de pasión por aprender.

La clave de este proceso reside en abandonar la zona de confort, en atrevernos a romper con lo convencional y en descubrir que, en el fondo, cualquier excusa es válida para inventar, experimentar y avanzar. La pasión por descubrir nuevas herramientas y la determinación de hacerlas funcionar en nuestros proyectos personales constituyen la base sobre la que florece la innovación.

Cada proyecto en el que nos embarcamos es un recordatorio de que la verdadera maestría reside en el enfrentamiento constante con nuestros propios límites y en el compromiso de seguir aprendiendo cada día.

El desafío planteado nos deja con la convicción de que el futuro del desarrollo web se nutre de la experimentación y del intercambio de conocimientos. El camino hacia la innovación se abre paso a través de pequeñas victorias y de fracasos constructivos en igualdad de condiciones.

La tecnología nunca deja de evolucionar, y tampoco nuestro deseo de comprenderla y dominarla. Tal como se ve reflejado en cada paso del desafío, cada nueva línea de código es una oportunidad para crecer y para acercarnos a la esencia misma del aprendizaje.

En definitiva, lo que se experimenta es mucho más que un simple reto técnico; es una lección sobre cómo la creatividad y la técnica pueden, juntas, abrir caminos inexplorados. Esa es la verdadera recompensa de embarcarse en el viaje del backend as a service y de nunca dejar de experimentar.

Nada mejor para buscar la motivación y romper las excusas del “no hay tiempo” que hacer algo en grupo, “pensar fuera de la caja” y repartir regalos.

Eso hicimos en el Backend de la Suerte, un desafío donde cada participante era agraciado con un BaaS

Entraron en juego unos cuantos pero hoy hablaremos de:

Es una colección extraña, pero es lo que la deparó fortuna y nuestros participantes nos contaron en la sesión de cierre del desafío.

Escucharás la experiencia de Agustín, Alex, Gabriel, Xurxo, Sergi, Carlos y Yuri.

Gracias por su participación y por su tiempo.

¡Nos escuchamos pronto!

Escrito por:

Imagen de Daniel Primo

Daniel Primo

CEO en pantuflas de Web Reactiva. Programador y formador en tecnologías que cambian el mundo y a las personas. Activo en linkedin, en substack y canal @webreactiva en telegram
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