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Artesanía del software: código con calidad y maestría

¿Qué es el Software Craftsmanship?

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Soft Skills:Carrera profesional
Full Dev:Software Architecture
Frontend:UX/UI

5 aprendizajes que te llevas de este episodio:

  • Se destaca la importancia de ver el desarrollo de software como un arte tradicional y profesional.
  • El código debe ser claro, mantenible y diseñado para adaptarse a cambios futuros sin generar deuda técnica.
  • Utiliza prácticas como TDD, integración continua y refactorización para mejorar la calidad.
  • Se valora el aprendizaje colectivo y la creación de una comunidad de desarrolladores comprometidos.
  • El enfoque va más allá de la funcionalidad, buscando entregar software que aporte valor real al cliente.

Artesanía del software: elevar el listón del desarrollo

La artesanía del software no es una moda ni un eslogan. Es una forma de entender nuestro oficio como desarrolladores. No basta con que el código funcione: debe ser claro, mantenible y capaz de evolucionar. Para lograrlo, conviene rememorar cómo los gremios medievales construyeron catedrales: paso a paso, con maestría individual y aprendizaje colectivo.

La paradoja de Klaus Mayer

Klaus Mayer era el mejor fabricante de formones de toda Alemania. En su escaparate colgaba un cartel con un eslogan tan sencillo como poderoso:
“Formones hechos a mano, para artesanos hechos a mano”.

Durante años, carpinteros de todo el reino hicieron cola frente a su taller. Sin embargo, un día una explosión lo convenció de huir para siempre. Detrás de esa artesanía aparentemente pura, Klaus había escondido una máquina de vapor inglesa capaz de producir chisel en serie. El secreto le otorgó riqueza rápida, pero rompió el pacto tácito con la calidad artesanal.

La lección de Klaus Mayer es evidente: la técnica no garantiza excelencia por sí sola. El verdadero valor radica en el cuidado con que aplicamos nuestras herramientas y en la responsabilidad de cada entregable.

De las catedrales al código moderno

A finales de los noventa, Pragmatic Programmer presentó una idea clave:
“Nosotros, los que cortamos simples piedras, siempre debemos imaginarnos catedrales”.
Ese credo del artesano aplica hoy al software. No solo ensamblamos funciones; interpretamos requisitos, buscamos elegancia y prevemos el futuro. Veinte años después, Software Craftsmanship reforzó el compromiso con la calidad y la responsabilidad individual, recordándonos que el oficio se aprende con práctica y paciencia.

Los cuatro principios del manifiesto

Como aspirantes a artesanos del software, elevamos el listón profesional y ayudamos a otros a aprender el oficio. El manifiesto plantea cuatro valores que expanden y matizan el agilismo original.

1. No solo software que funciona sino también bien diseñado

Que un programa compile y pase tests no es un triunfo definitivo. Sin un diseño cuidado:

  • El código envejece al cerrar el editor.
  • Cada cambio añade deuda técnica.
  • El sistema se convierte en una caja negra con un cocodrilo dentro.

Un buen diseño facilita la comprensión y reduce el miedo a tocar el código. Cada refactorización es un mensaje enviado al futuro, una garantía de que podremos adaptarnos sin romper nada.

2. No solo responder al cambio sino agregar valor constantemente

Permanecer en “modo mantenimiento” equivale a renunciar a la innovación. Cambiar una cifra en un archivo de configuración puede generar facturas, pero aporta poco al negocio. Para sumar valor:

  • Anticipa la experiencia del usuario.
  • Simplifica tareas molestas (formularios kilométricos, validaciones rígidas).
  • Divide procesos en pasos lógicos (por ejemplo, preguntar primero si una farola es de poste o de fachada antes de mostrar campos específicos).

Agregar valor no solo impulsa al cliente: también mejora nuestra motivación y orgullo profesional.

3. No solo individuos e interacciones sino también una comunidad de profesionales

Compartir conocimiento es parte esencial del oficio. A diferencia de otras profesiones, tenemos cientos de oportunidades cada año para intercambiar ideas:

  • Meetups locales y conferencias.
  • Blogs, podcasts y canales en Telegram.
  • Proyectos de código abierto y revisiones colectivas.

La comunidad actúa como un taller medieval donde maestros y aprendices se enseñan mutuamente. Nos debemos una obligación moral: transmitir lo que sabemos para garantizar la continuidad del oficio.

4. No solo colaboración con clientes sino también asociaciones productivas

Más allá de entregar funcionalidades, construimos reputación y confianza. Cuando un cliente sabe que puede contar con nuestro criterio técnico y profesional:

  • Se generan proyectos más ambiciosos.
  • Se ajustan mejor las expectativas de alcance y calidad.
  • Se establece un ciclo de feedback corto y efectivo.

La relación se convierte en una alianza: no somos meros proveedores sino socios estratégicos en la evolución del producto.

Actitudes del artesano del software

La técnica se adquiere con práctica continua, pero la actitud define el éxito. Entre las virtudes comunes destacan:

  • Pasión: amar el trabajo que hacemos.
  • Responsabilidad: ser dueños de nuestras decisiones y de las consecuencias en producción.
  • Práctica deliberada: dedicar tiempo a proyectos paralelos, kata de codificación y refactorizaciones.
  • Regla del Boy Scout: dejar el código mejor de como lo encontramos.

Estas pautas no garantizan la perfección, pero sin ellas el fracaso es casi seguro.

Herramientas al servicio de la excelencia

La artesanía no rechaza TDD, integración continua, refactorización ni programación en parejas. Al contrario, emplea cada práctica para:

  • Acortar el bucle de feedback.
  • Detectar errores antes de que se conviertan en monstruos.
  • Fomentar el intercambio de ideas en tiempo real.

No se trata de seguir un checklist rígido, sino de usar cada herramienta con criterio, siempre enfocados en la calidad y el valor.

Llamada al oficio

El reto no es pequeño: cada día enfrentamos sistemas legados, demandas de velocidad y clientes impacientes. Aun así, es nuestra responsabilidad elevar el nivel de profesionalismo. Aceptar el compromiso de la artesanía del software implica:

  1. Reconocer que escribir código es una forma de creación técnica y artística.
  2. Practicar con rigor antes de reclamar experiencia.
  3. Colaborar y aportar a nuestra comunidad.
  4. Cultivar relaciones productivas con quienes confían en nuestro trabajo.

Al final, la diferencia entre un software más y uno memorable reside en nuestra voluntad de construir, refactorizar y enseñar con la misma dedicación de aquellos canteros medievales. No vendemos funciones: brindamos tranquilidad, flexibilidad y un camino viable hacia el futuro.

¿Qué es el Software Craftsmanship?

Imagínate que te mando un correo que dice: “Importante: Rellena este formulario al completo” .

Quizás te invite a abrirlo, pero no a rellenarlo.

Si te digo “3 minutos que pueden cambiar tus próximos 366 días”, ¿a que te pica más la curiosidad?

Esa es la encuesta que he enviado a mis suscriptores premium y el título ha funcionado.

Por eso no te digo “Apúntate a mis podcasts premium de los viernes, tienes chapa asegurada durante media hora” y te digo “Pasa al siguiente nivel como developer en lo que tardas en pasear al perro.”

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Artesanía del software

La culpa de este episodio la tiene @aloaisa y su vídeo de Pantomima LechazoConf con el que me reencontré la semana pasada.

Este concepto de ver el código como arte está reflejado en varios sitios, pero principalmente en el Manifiesto Software Craftsmanship:

  • No sólo software que funciona, sino también software bien diseñado.
  • No sólo responder al cambio, sino también agregar valor constantemente.
  • No sólo individuos e interacciones, sino también una comunidad de profesionales.
  • No sólo colaboración de clientes, sino también asociaciones productivas.

Cómo ves hay un paralelismo muy claro entre el desarrollo web moderno y el modelo de gremios de la Europa Medieval.

Es fácil adherirse al manifiesto, pero no es tan diferente a otras prácticas para articular l de ser un “artesano del software”.

Seguramente te suenen las que recomiendan:

  • Tests automatizados.
  • TDD.
  • Integración continua.
  • Refactorización.
  • Programación en parejas.

Aumentar el valor de lo entregado

Para mi será la más visible y la más importante.

No basta solamente con acoplarse a los cambios solicitados, se trata de llegar un poco más lejos entregando un software que aporte valor.

Al igualar el código al arte manual, se crea un vínculo específico entre los individuos que lo fabrican y las personas que los usan.

Quizás sea más sencillo definirlo como Sandro Mancuso, hablando de la falta de este concepto de artesanía:

La artesanía del software, el código como un arte, no es garantía de que un proyecto salga bien, pero la ausencia de ella si es una causa principal del fracaso.

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¡Nos escuchamos el próximo martes!

Escrito por:

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Daniel Primo

CEO en pantuflas de Web Reactiva. Programador y formador en tecnologías que cambian el mundo y a las personas. Activo en linkedin, en substack y canal @webreactiva en telegram
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